Como es lógico, micrófono por delante, este denodado efectivo policial sufrió una confusión de roles y se convirtió en un hombre de prensa. Le podían haber preguntado por cualquier cosa molesta, triste o desconcertante (excepto los asesinatos de Cajamarca, porque la prensa es muy prudente, ya se sabe) y hubiera respondido lo mismo. Los hechos han “enlutado el país”.
Se impone un minuto de silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Casualmente, ¿qué opinión te merece?