Sin sorpresas

Normalmente, gana Goliat en el deporte que sea. Ahora, si por casualidad ocurre lo contrario, eso es una sorpresa, y los cronistas deportivos la consignan como tal. Por haraganería o cansancio, no hay otro titular posible: si gana un “equipo chico” se dice que “dio la sorpresa”.
 

Tan acostumbrados están a pensar en esos términos que sería una sorpresa que no escribieran la palabra sorpresa.
 

Alianza pierde con el Atlético de Madrid, uno de los clubes mejor ranqueados de Europa. ¿Cuál debería ser el titular? Depende: luego de por lo menos 15 segundos de reflexión, se podría dar cuenta de la normalidad en varias formas: "Cae Alianza", "Atlético fue superior", "Hubo garra pero faltó habilidad", lo que sea. Pero si el titulero tiene que decidir en un segundo, vuelve a los estándares de su sufrida e inimaginativa profesión.

 

Estos tituleros nunca pueden dar la sorpresa.